Algunos niños con PCI pueden experimentar convulsiones, y aunque las probabilidades de padecerlas son mayores, no ocurre en todos los casos.
¿Qué es una convulsión y cómo identificarla?
Una convulsión es un movimiento incontrolable de los músculos, que ocurre cuando las células nerviosas del cerebro se sobreexcitan y no funcionan adecuadamente. Cuando se piensa en convulsiones, se acostumbra a imaginar el cuerpo de una persona con sacudidas rápidas y sin control; sin embargo no todas son iguales ya que hay muchos tipos y algunas de ellas son más leves. Veamos los dos tipos más generales:
- Convulsiones focales: también conocidas como parciales, ocurren en una parte del cerebro
- Convulsiones generalizadas: son el resultado de una afectación en ambos lados del cerebro
La primera vez que se produce una convulsión puede ser difícil detectarla, sobre todo si son de carácter leve. Los síntomas específicos dependen de la parte del cerebro que esté afectada; no obstante, vamos a ver cuáles son los signos y síntomas más frecuentes de las convulsiones en niños con parálisis cerebral infantil.
- Hormigueo en manos y pies.
- Sensación de estar muy asustados sin razón aparente.
- Mirada fija o confusión inusual.
- Rigidez del cuerpo.
- Temblor generalizado.
- Sacudidas de todo el cuerpo o solo de una zona concreta.
- Espasmos musculares incontrolables con movimientos involuntarios en manos y pies.
- Babeo excesivo o espuma en la boca.
- Pérdida de control del esfínter (en caso de que previamente se controlara).
- Caída repentina.
- Sabor amargo o metálico.
- Rechinar los dientes.
- Otros...
En el caso del recién nacido, es aún más difícil reconocer la convulsión. Pueden aparecer:
- Movimientos de labios o masticación involuntaria.
- Parece que sus ojos miran fijamente en diferentes direcciones.
- Frecuentemente pierden el tono muscular, si previamente no lo tenían afectado por la parálisis cerebral.
Las convulsiones suelen tener una duración de entre 2 y 5 minutos aproximadamente y suelen estar seguidas por un periodo llamado de “recuperación” en el que, habitualmente, se observa mucha somnolencia y confusión que puede durar hasta varias horas.
¿Cómo actuar?
- En primer lugar, verificar que el lugar donde se encuentra el niño es seguro: retirar muebles u objetos cercanos con los que pueda hacerse daño.
- No intentar trasladarlo a otro lugar.
- Conservar la calma. En caso que se produzca en un lugar público, evitar la aglomeración de gente.
- Si se trata de una primera crisis o ésta se ha producido en el agua, alertar al servicio de emergencias 112. En el caso de que sean crisis ya conocidas y estudiadas por el médico, preguntarle sobre las pautas a tener en cuenta a la hora de saber cuándo hay que trasladarlo al hospital.
- Intentar mirar el reloj para comprobar cuantos minutos dura la convulsión, ya que es información relevante en caso de tener que trasladarlo a un centro sanitario.
- Colocar de lado al niño que está teniendo la convulsión. En caso de no poder, intentar por lo menos que la cabeza esté girada para evitar ahogos. Hay que tener en cuenta no sujetar los movimientos convulsivos ya que podríamos dañarle.
- Proteger la cabeza y el resto del cuerpo con objetos blandos: cojines, chaquetas,...
- Intentar retirar, en la medida que se pueda, objetos que lleve puestos la persona como: relojes, cadenas, cinturones...
- Nunca colocar objetos en la boca, se podrían lesionar los dientes y/o la mandíbula.