La disfagia es la dificultad para deglutir (tragar) adecuadamente los alimentos y/o líquidos. Es muy frecuente en niños con parálisis cerebral de moderada a grave.
La disfagia puede conllevar malnutrición y deshidratación, así como problemas respiratorios como la neumonía. Esto se debe a que pequeñas cantidades de comida o líquido entran en las vías resìratorias o los pulmones de forma repetida, lo que se conoce como aspiraciones recurrentes.
Algunos signos de que tu hijo puede presentar disfagia son:
- Tos y/o atragantamiento durante y/o después de comer.
- Cambios en el color de la cara durante la alimentación.
- Cansancio o sudor durante la alimentación.
- Dificultad para retener comida en la boca.
- Tiempo excesivo para comer.
- Cantidad excesiva de comida sin tragar en la boca.
- Tos crónica y/o infecciones respiratorias repetidas.
- Insuficiente ganancia de peso.
Si observas alguno de los síntomas o si tienes alguna inquietud, te recomendamos que contactes con tu profesional sanitario.
Existen pautas y técnicas compensatorias que pueden ayudar a una nutrición y deglución adecuada, pero es muy importante tener en cuenta las necesidades y características de cada niño de forma individualizada. El equipo médico en cada caso definirá cuál será finalmente la forma y via de alimentación e hidratación más apropiada. Entre algunas de estas medidas se incluyen:
La mejor postura para masticar y tragar de forma segura es estar sentado con la cabeza colocada de tal manera que esté alineada con la columna:
- Los brazos apoyados sobre la mesa o sobre la bandeja con escotadura si come sentado en la silla de ruedas:
Las caderas, rodillas y tobillos en 90° y los pies apoyados sobre una superficie firme.
- Se puede realizar una ligera flexión de la cabeza en el momento de la comida de tal manera que el mentón se acerque un poco hacia el cuello.
- Hay que evitar dar de comer acostado y con la cabeza o tronco demasiado flexionado o extendido.
Se pueden proporcionar puntos de estabilidad en la silla para permitir el correcto apoyo del tronco y que los brazos puedan moverse con libertad sin desestabilizar el cuerpo, por ejemplo, usar cuñas hechas de gomaespuma, cabeceros, respaldos y soportes laterales, etc.
- Asegurarse de que el momento de la comida se realice en un ambiente agradable, tranquilo, sin prisa. Podemos favorecer que el niño participe del proceso de alimentación segura eliminando distracciones como la TV, ambientes ruidosos, etc.
- Podemos establecer un número de comidas al día y permitir un tiempo más amplio para la alimentación. Es beneficioso realizar una presentación secuencial de los platos. No todo a la vez, ni presentar la comida con mucha antelación a la ingesta porque favorecerá el aumento del babeo.
- Es importante controlar la velocidad y el ritmo de ingestión. No ofrecer la siguiente cucharada hasta que no haya deglutido, y asegurarse de que no quedan restos de alimentos en la boca. Se recomienda permanecer sentado tras la comida al menos 30 minutos.
Se le puede ir recordando al niño que mantenga los labios cerrados para evitar que la comida se le caiga de la boca cuando esté masticándola. Cuando el niño no tiene control sobre los músculos de la boca, ejercer el control manual de la mandíbula mejora la succión, la deglución, favorece el cierre de los labios y además, ayuda a mejorar el control de la cabeza. Se pueden utilizar dos técnicas:
Control frontal:
colocar el dedo pulgar en el mentón debajo del labio inferior, el dedo índice queda sobre la mejilla y los otros dedos quedarán en la base de la boca.
Control lateral:
Rodear con el brazo y colocar el dedo índice sobre el mentón, el dedo pulgar sobre la mejilla y los dedos restantes en la zona de la base de la boca y el cuello. Esta posición además puede ayudar a mejorar el control de la cabeza.
- La presión a realizar debe ser firme sin hacer una fuerza excesiva, recordemos que es sólo un apoyo. En ningún caso debemos realizar movimientos de apoyo que el niño no haga de forma natural por sí solo.
- Si el niño rechaza la ayuda sobre el control mandibular, hay que darles tiempo hasta que la acepten.
Existe una gran variedad de utensilios de alimentación que además de proporcionar seguridad en la deglución pueden aportar al niño mayor autonomía.
Estos pueden ser:
- Cubiertos adaptados
Realizados con un tipo de acero especial que permite ser doblado e inclinado en la dirección que se necesite. Su mango es ancho y de goma, esto facilita la sujeción. Hay modelos que traen incluido un velcro que facilita la sujeción y evita que la cuchara se caiga por falta de fuerza en la mano. Por lo general se recomienda que las cucharas sean de metal o plástico resistente, tamaño de té y que no sea más grande que la lengua del niño.
- Vasos con escotadura
Tiene un rebaje en un borde que facilita la ingesta de líquidos sin hacer hiperextensión de cabeza. Vasos que facilitan el agarre. Vasos con pajita.
- Cubiertos diferenciados
Para mano derecha y para mano izquierda.
- Plato con un borde elevado
Para facilitar el empuje y arrastre de la comida y evitar que se caiga del plato. Principalmente se utiliza en aquellos niños que pueden alimentarse solos y utilizan cubiertos (normal o adaptado).
- Ferulas
Para asentar los vasos y cubiertos, además de materiales antideslizantes.
- Se recomienda dar la comida en pequeñas cantidades y que aporten elevado contenido calórico, por ejemplo, agregar a las comidas aceite de oliva.
- Evitar texturas donde se mezcle el líquido con alimentos sólidos, como por ejemplo la sopa de fideos con carne.
- Es importante que la comida sea fácil de masticar y que forme una masa lo más homogénea posible, sin grumos ni espinas.
También se puede optar por adaptar la textura de las comidas mediante espesantes. No obstante, si la disfagia llega a causar malnutrición, en ocasiones la mejor opción es recurrir a la nutrición enteral.
Referencias
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- Guía Básica para el Manejo de Disfagia en Niños, Niñas y Jóvenes con Parálisis Cerebral. Programa de Apoyo Continuo en Alimentación de la Escuela Especial Ñielol en colaboración con el Instituto de Rehabilitación Teletón Temuco. Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS) 2013.
- Libro - guía “Soy paralítico cerebral”. ASPACE. Asociación Granadina de Atención a personas con parálisis cerebral.
- https://aspace.org/assets/uploads/publicaciones/62542-texturizados_jun_19.pdf
- Disfagia orofaríngea en pediatría. Monografía realizada por el Dr. Sergio Pinillos Pisón y Sra. Raquel García Ezquerra, Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Hospital Sant Joan de Déu, Esplugues de Llobregat (Barcelona) y con la colaboración de Nestlé Health Science.