A continuación, te explicamos algunos de los problemas que puedes encontrar con la nutrición enteral de tu hijo y consejos para solucionarlos. No obstante, no pierdas de vista que, sin importar el problema o la necesidad, debes confiar en el equipo sanitario que vela por la salud de tu hijo y consultarles cualquier duda.
Obstrucción de la sonda de alimentación
Una sonda de nutrición enteral está obstruida cuando la fórmula no fluye adecuadamente a través de ella. Las posibles causas podrían ser un pliegue o una doblez en la sonda, que la fórmula se ha secado o que hay un medicamento que está bloqueando la sonda.
Posibles soluciones:
- Asegúrate de que no haya pliegues ni dobleces en la sonda.
- Lava con agua la sonda antes y después de cada toma (pregunta al médico cuánta cantidad de agua debe usarse en cada lavado).
- Lava la sonda con agua a temperatura ambiente antes y después de administrar medicamentos.
- Si la sonda está bloqueada, no intentes quitar tú mismo lo que la bloquea. Consulta al médico para que te dé instrucciones de qué hacer.
En general, te aconsejamos que consultes a un profesional sanitario cuando:
- La fórmula no fluye de forma adecuada a través de la sonda a pesar de que ya se ha comprobado que no hay pliegues o dobleces.
- La sonda se ha desplazado hacia adentro o hacia afuera.
- La sonda se ha salido.
- Hay fugas importantes de líquido alrededor de la sonda (el vendaje se ha mojado más de una vez al día).
- Ves cambios que pueden indicar la presencia de una infección, de intolerancia alimentaria o de otro problema de salud.
- La zona de la piel alrededor de la sonda presenta signos de infección (zona enrojecida, caliente al tacto, firme al tacto, sensible).
- Observas más drenaje que de costumbre y el drenaje huele mal.
- Observas supuración sanguinolenta o de tono marrón en la sonda.
- Aumento o descenso repentino en la cantidad de supuración a través de la sonda.
- Tu hijo sufre de náuseas y/o vómitos persistentes.
- Tu hijo tiene fiebre de 38 °C o superior
- Observas pérdida o ganancia de peso inusual y/o repentina (más de 1 kg al día).
- Tu hijo tiene estreñimiento (ausencia de deposiciones durante dos días o dificultad para defecar).
- Tu hijo tiene diarrea (cuatro o más deposiciones blandas o acuosas al día).
- El estómago de tu hijo presenta gases o está distendido y tenso.
- Aumentan los residuos estomacales*
*El equipo de profesionales sanitarios te explicará y te formará sobre cómo medir los residuos estomacales. Tendrás que consultar al profesional sanitario que atiende a tu hijo sobre qué cantidad de residuos estomacales son preocupantes. Esta cantidad dependerá de la edad y el peso del niño, del volumen total de fórmula que está recibiendo y de su horario de alimentación
Residuos gástricos
Los residuos gástricos son restos sólidos y/o líquidos de una toma de nutrición enteral anterior que permanecen en el estómago más tiempo de lo normal, e incluso pueden estar en el estómago al inicio de la siguiente toma. Se considera que la fórmula no se vacía tan rápido como debería si hay residuos gástricos más de dos horas después de completar una toma.
Si esto ocurre, tu hijo puede escupir o vomitar. Supone un problema si ocurre con tanta frecuencia que tu hijo no recibe la cantidad total que necesita de la fórmula.
Posibles causas:
- Cómo se administra la nutrición.
- El tipo de fórmula.
- La cantidad de fórmula que se administra.
- La velocidad de administración.
Posibles soluciones que puedes probar, siempre a consultar previamente con el médico:
- Ajustar cómo se administra la nutrición, o cambiar la fórmula.
- Espaciar las tomas. Más tiempo entre tomas puede dar tiempo al estómago a vaciarse.
- Ajustar la velocidad de administración para proporcionar la fórmula durante un período de tiempo más prolongado.
- Se ha demostrado que algunas fórmulas se vacían del estómago más rápidamente que otras, por lo que cambiar de fórmula podría ser una opción.
Estreñimiento
Con la nutrición enteral las deposiciones pueden ser menos frecuentes de lo habitual. Si tu hijo sufre estreñimiento, puede sentir molestias o tener gases.
Posibles causas:
- No se está administrando una cantidad suficiente de agua.
- Falta de fibra o poca cantidad de fibra en la fórmula.
- Imposibilidad de realizar actividad física suficiente.
- Ciertos medicamentos.
Posibles soluciones:
- Administra agua adicional a través de la sonda de alimentación siguiendo las instrucciones de tu profesional sanitario.
- Consulta al médico o dietista para comprobar si tu hijo debe cambiar a una fórmula con fibra o si debe añadir un suplemento de fibra.
- Si tu hijo puede, aumenta su actividad física realizando juntos actividades divertidas.
- Pide al profesional sanitario que revise los medicamentos de tu hijo para que compruebe si pueden provocar estreñimiento.
Diarrea
Es normal que un niño que recibe nutrición enteral presente deposiciones frecuentes o acuosas. Pero si ocurre cuatro o más veces al día, habla con tu médico.
Posibles causas:
- Medicamentos.
- La velocidad de administración de la fórmula es demasiado rápida.
- La fórmula puede haber sido contaminada después de su apertura.
- Intolerancia a la fórmula.
Posibles soluciones:
- Debido a que las emociones pueden afectar a la digestión, debes intentar que tu hijo esté relajado durante la alimentación.
- Saca los envases abiertos de fórmula del frigorífico al menos 30 minutos antes de la alimentación, para que se atempere.
- Ponte en contacto con el profesional sanitario que atiende a tu hijo para que valore ralentizar la velocidad de administración.
- No uses ninguna fórmula que haya permanecido abierta a temperatura ambiente durante más tiempo del recomendado por el fabricante.
- No uses ninguna fórmula que haya permanecido abierta en el frigorífico durante más de 24 horas.
- Valora con tu profesional sanitario cambiar a una fórmula especial que contenga ingredientes de fácil digestión.
- Lávate las manos exhaustivamente antes de abrir el envase o de manipular la fórmula.
- Sustituye el contenedor de nutrición y las sondas según las instrucciones de tu profesional sanitario.
Malestar estomacal
De forma ocasional, tu hijo puede sentir náuseas, eructar o vomitar si tiene molestias estomacales.
Posibles causas:
- La fórmula se está administrando demasiado rápido.
- La fórmula está demasiado fría.
- Demasiada fórmula en una toma.
- Estar tumbado en posición horizontal durante la alimentación.
- Realizar demasiada actividad física justo después de la alimentación.
- Intolerancia a la fórmula.
Posibles soluciones:
- Consulta al profesional sanitario que atiende a tu hijo para que valore ralentizar la velocidad de administración.
- No refrigeres los envases de fórmula sin abrir.
- Saca los envases de fórmula abiertos del frigorífico al menos 30 minutos antes de la alimentación, para que se atempere.
- Asegúrate de que estás siguiendo las instrucciones en cuanto a la cantidad prescrita de fórmula y/o la velocidad correcta de flujo.
- No permitas que tu hijo se tumbe en posición horizontal durante o justo después de la toma. Debe permanecer sentado o tumbado en un ángulo de 30-45 grados durante la alimentación y durante la hora posterior.
- Si así lo ha indicado el médico, comprueba los residuos del estómago de tu hijo antes de reiniciar la siguiente toma.
- Pide al médico o dietista de tu hijo que reevalúe la fórmula que está tomando. Es posible que tengáis que cambiar a una fórmula que contenga más calorías en un menor volumen o a una fórmula especial que contenga ingredientes que sean más fáciles de digerir y absorber.
Deshidratación
Algunos signos tempranos de deshidratación son la sed y la orina de un color amarillo más oscuro de lo normal. Entre los signos más graves están la sequedad de los labios, la lengua y la piel, y la disminución de la producción de orina.
Posibles causas:
- La fórmula es demasiado concentrada (contiene poca agua).
- Diarrea frecuente.
- Fiebre prolongada.
- No tomar suficiente agua.
- Una herida está supurando grandes cantidades de líquido.
- Sudoración intensa.
Posibles soluciones:
- Administra a tu hijo la cantidad prescrita de agua cada día antes y después de sus tomas de nutrición.
- Si tu hijo presenta fiebre, diarrea, supuración excesiva de sus heridas o sudoración intensa, consulta al médico para que determine la cantidad de agua que necesita.
Aspiración
La aspiración se produce cuando la fórmula entra en los pulmones y generalmente provoca tos, atragantamiento y dificultades para respirar. Consulta al médico inmediatamente si aparecen estos síntomas.
Posibles causas:
- Postura inadecuada durante la alimentación.
Recomendaciones:
- Comprueba que la sonda está colocada correctamente.
- Mantén a tu hijo sentado o tumbado en un ángulo de 30-45 grados (aproximadamente la altura de dos almohadas) durante la alimentación.
- Haz que tu hijo permanezca sentado durante al menos una hora después de la alimentación.
- Si tu hijo toma nutrición enteral por la noche, sigue las instrucciones del médico para elevar la parte superior de la cama.
- Si parece que tu hijo tiene gases, está irritable, incómodo o ha estado vomitando, no inicies la alimentación. Consulta al médico inmediatamente si aparecen estos síntomas.
- Si así lo ha indicado el médico, comprueba los residuos del estómago de tu hijo antes de iniciar la siguiente toma.
- La deshidratación y la aspiración son dos situaciones que deben controlarse de forma exhaustiva. Si no se tratan, pueden aparecer problemas graves de salud. Junto con tu equipo sanitario, puedes ayudar a tu hijo a prevenir o superar estos obstáculos.