En general, el sabor no suele ser un factor limitante en cuanto a la alimentación enteral puesto que se genera principalmente en la alimentación por boca. Aun así, existen casos en que el niño/a refiere cierto gusto, en forma de retrogusto, regurgitación o eructo, y por ello pueden querer una fórmula con sabor. Existen ciertas formulas saborizadas que además de poder ser utilizadas de forma enteral pueden, en el caso que sea posible, ser administradas de forma oral, siendo así, más versátiles.